Edición eXTRA de FPE 26, julio de 2019

Cómo evitar que la historia de su ciudad pase a la historia

Por: Brad Cronin

Estamos rodeados por tesoros de la historia. Puede ser un sitio histórico y los hechos que ocurrieron en ese lugar o las estructuras, los nativos y colonos y sus objetos preciados, muchos de los cuales son elementos culturales o históricos que deben ser preservados para las futuras generaciones. El elemento de significancia cultural o histórica puede ser el propio edificio o su contenido y, a veces, ambos. La protección de estos importantes objetos tiene varias facetas y este artículo se enfoca en algunos de los recursos disponibles y la importancia de una correcta planificación.

Cuando lo valioso es el contenido, a veces los museos más nuevos y modernos se construyen integrando tecnologías de seguridad y protección contra incendios de avanzada. Estos sistemas no solo están destinados a salvar vidas y proteger la propiedad sino que están dirigidos específicamente a proteger contenidos irremplazables dentro de las colecciones.

Edificios importantes

A menudo, la historia se materializa en forma de estructuras o edificios construidos hace muchos años. Estas estructuras suelen ser anteriores a cualquier tipo de código de construcción o de incendio. Considerando que muchos de estos edificios han sido construidos sin ningún código y ahora se utilizan como lugar de reunión y son recorridos por muchas más personas que las que tenían originalmente, se convierten en espacios que presentan un desafío único para los profesionales de la protección contra incendios. Hay muchos ejemplos en el mundo de incendios importantes ocurridos en edificios históricos, como el reciente incendio de la Catedral de Notre-Dame de París. Dado que los edificios históricos suelen ser atracciones turísticas muy populares, los incendios son cubiertos por todos los medios periodísticos internacionales.

Entonces, la pregunta es cómo hacer para que un edificio histórico o un recurso cultural tengan la cantidad adecuada de protección tanto para la vida de sus ocupantes como para los bienes que albergan. La protección de los edificios históricos está contemplada en el Código de Construcción Internacional vigente y en las normas NFPA 101, Código de seguridad vital y NFPA 5000, Construcción de edificios y código de seguridad. Estos documentos contemplan la naturaleza única de los edificios históricos y por qué puede resultar difícil cumplir con los requerimientos legales de los códigos modelo actuales.

Esto nos lleva a la norma NFPA 914, Código para la protección de estructuras históricas, un documento específico para estos edificios que ofrece una opción de cumplimiento tanto para los requerimientos legales como los de rendimiento. La NFPA 914 está mencionada en algunos de los códigos modelo y está redactada principalmente para el propietario del edificio histórico, pero puede ser utilizada por los diseñadores profesionales cuando se deba hacer algún cambio en la ocupación o alguna modificación del edificio. La finalidad del documento ha sido modificada recientemente para incluir no solo a los peligros de incendio sino también a cuestiones de seguridad, ya que estos edificios suelen ser el blanco de los delincuentes.

Colecciones importantes

Además de la naturaleza irremplazable de los edificios históricos, muchos de estos edificios contienen objetos religiosos, u otros invaluables elementos o materiales culturales únicos en su tipo. Cuando el edificio histórico alberga una biblioteca, un museo o un lugar de culto, existe otro documento, la norma NFPA 909, Código para la protección de recursos culturales – Museos, Bibliotecas y Lugares de Culto, que pueden usar tanto los propietarios como los diseñadores profesionales. Este documento se enfoca en el contenido y las colecciones que se encuentran dentro de estos edificios, que suelen ser objetos sumamente valiosos e irremplazables. Una parte importante del documento trata sobre la planificación y preparación para afrontar todo tipo de desastre, ya sea natural o provocado por el hombre.

En parte, el proceso de planificación debe involucrar al personal socorrista, que son los primeros que acuden al lugar durante una emergencia y que, con los conocimientos y el entrenamiento adecuado, pueden ayudar a salvar las colecciones. Una de las prioridades del departamento de bomberos durante un incendio es salvar los bienes dentro de la estructura afectada. Esta prioridad viene detrás de lo más importante, que es salvar las vidas y conservar la propiedad pero, si se reúne la cantidad correcta de personal rápidamente en el lugar, todo puede hacerse simultáneamente. Además, si existe una planificación previa al incidente que incluya al departamento de bomberos, las prioridades pueden alterarse. Por ejemplo, una colección de objetos preciosos alojados en un museo relativamente nuevo podría ser más valiosa para el dueño del edificio que el propio edificio. Si, durante la planificación, se informa esta prioridad al departamento de bomberos, el personal puede alterar sus prioridades durante un incendio y enfocarse en lo que sea prioritario para el propietario. Realizar una planificación correcta junto con el departamento de bomberos permite asegurarse de que el personal tenga en cuenta la naturaleza única del edificio y su contenido al responder a una emergencia en el lugar. Si hay personal y tiempo suficiente, se pueden quitar ventanas históricas en lugar de romperlas para que haya ventilación y se pueden forzar puertas que no sean históricas para ingresar. Obviamente, la prioridad para el departamento de bomberos será salvar las vidas pero, si no hay vidas en juego, se puede lograr un sistema de supresión del fuego más metódico y técnico desarrollado a partir del conocimiento del edificio y su contenido.

Como parte del proceso de planificación, los representantes de las instalaciones deben dar prioridad a las colecciones que tengan para que, cuando lleguen los bomberos y comiencen el salvataje, sepan cuál es la prioridad principal. También se debe examinar el peso y tamaño de cada pieza de la colección de manera de poder enviar al área la cantidad de personal adecuada para su movilización. No sirve de nada enviar a dos bomberos novatos de 45 kg a intentar sacar una estatua de bronce de 180 kg.

También se debe estudiar cuál es el mejor método para salvar cada pieza de la colección. ¿Intentamos sacar el objeto o lo dejamos donde está? ¿Podemos cubrir el objeto con una lona o es demasiado delicado y eso podría provocarle un daño mayor? En un simulacro de salvamento a gran escala realizado en el Reino Unido después del primer incendio de la Escuela de Arte de Glasgow se decidió que podría ser mejor que los bomberos dejaran las obras de arte colgadas en la pared en lugar de quitarlas. El motivo de esta decisión fue el tamaño de los guantes de los bomberos. Cuando el personal agarró los marcos de las pinturas, sus dedos hundieron la tela haciendo que la pintura se agriete y descascare. El proceso de restauración fue mucho más difícil que si se hubieran dejado las pinturas colgadas en la pared y solo hubieran sufrido el daño del humo.

Otro de los problemas con la remoción de los objetos es su seguridad. Poder salvar objetos valiosos de un incendio es fantástico, pero si comienzan a desaparecer de la propiedad durante el caos del incendio, no será de mucho beneficio para el propietario. Designar un lugar seguro e implementar un proceso de control de personas que entran y salen de lugar del siniestro puede servir para asegurarse de que solo el personal autorizado pueda acercarse a los objetos.

Tratar con un edificio histórico y recursos culturales puede implicar desviarse un poco de la norma de protección contra incendios. Debemos seguir basándonos en los mismos sistemas y conceptos para asegurarnos de que el edificio sea seguro para el público pero, al intentar integrar la seguridad, tenemos la preocupación adicional de proteger su invaluable contenido y conservar el carácter histórico del edificio. La mayoría de las personas que están a cargo de propiedades que son recursos culturales temen a los sistemas de protección contra incendios y al daño que puede causar el agua o los agentes que liberan durante un incendio. Si bien su temor de que el agua destruya algún material y que algún agente químico reaccione negativamente con las pinturas o los escritos es válido, nuestro trabajo es aliviar esos temores y elegir los sistemas y métodos de protección correctos para el contenido que intentamos proteger. Existen métodos para restaurar obras históricas que han sido dañadas por el agua, pero no existe ningún preservacionista que pueda reconstruir una obra original a partir de una pila de cenizas.

Brad Cronin trabaja para Strategic Code Solutions